La historia de las campañas políticas está empapada de guerras sucias y contracampañas, existen partidos políticos que piensan que difamando a la competencia ganarán adeptos antes de fijarse mejores estrategias de comunicación para ellos mismos.
Ahora con el anonimato de Internet la difamación podría ser mayor dado las dificultades de rastrear a los autores.
Ante ello el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) peruano está evaluando la posibilidad de incorporar un acápite al Pacto Ético Electoral para que las agrupaciones políticas se comprometan a no utilizar Internet como medio de descalificación a la competencia.
Esta iniciativa resulta simpática pero a la vez un tanto irreal. Con un pacto, es decir con un "Estoy de acuerdo en que no se deben utilizar los medios digitales para difamar" no es suficiente para advertir que el mal uso de dichos medios puede conllevar serias consecuencias.
Los próximos meses electorales estarán, sin duda, pintados de noticias de contracampañas en y fuera de Internet. Aún con todas las dificultades de regulación este tema es buen material periodístico y dará qué hablar.
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